Mi colección privada, es una obra hecha con re-colecciones de pequeños fragmentos de obras, rasguños, pellizcos de papel, pedacitos de pintura, infinitesimales “gestos” del artista, milímetros de grandes obras (aura?).
Es una obra inacabada que lleva quince meses de trabajo. Primero porque el afán de coleccionista nunca cesa, segundo porque es difícil encontrar el momento para pellizcar un pedacito en el lugar que fuere y por último -y este es el punto más importante- es que soy muy exigente en el criterio de selección, es muy difícil “colgar obra” al lado de Alberto Greco, Louise Bourgeois o de León Ferrari.
Es una constante en mis trabajos romper el límite entre lo público y lo privado, correrme del espectador pasivo, transgedir el “no tocar”. Por un lado desacralizo mi relación con la obra, pero al mismo tiempo revalorizo, re-colecciono lo fútil, milímetros que en ausencia del todo no tendrían realidad.